sábado, 4 de agosto de 2007

DEJEMOS QUE DIOS HAGA SU TRABAJO


Ro. 8:28

8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”

Ro. 8:28 son los anteojos a través de los cuales el creyente en Dios debe mirar todo lo que ocurre.
“Todas las cosas” incluye tanto las mas pequeñas como las mas grandes, las que son desagradables como las agradables. En realidad, “todas las cosas” solo son indirectamente los medios que utiliza Dios para actuar en nuestras vidas sin que estas constituyan un fin en si mismas.
Este versículo nos ayuda a ver -mas allá de las circunstancias- la mano de nuestro Dios que las dirige. Siempre es una mano de amor, amor aun cuando utilice medios que nos duelan.
Para tallar y hacer brillar ciertas piedras preciosas es necesario golpearlas un sin numero de veces.

Se nos dice que estas cosas “ayudan a bien”.El verbo original griego implica un trabajo, y este es el de Dios.”Somos hechura suyas” y para formarnos Dios emplea precisamente estos medios.
Debemos ser muy cuidadosos para no molestarle con nuestras importunas intervenciones. Dejemos que el nos trabaje. No nos parezcamos al niño que forcejea en las manos del que lo quiere curar. Dejemos que Dios haga su trabajo en nosotros, para que seamos hechos conforme a la imagen de su hijo amado, como lo dice Ro.8:29

“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. “

Ptor OMAR OLIVA

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