2 Reyes 5:10-12 (leer todo el pasaje)
Estas fueron las palabras de Naamán el leproso cuando el profeta le dijo…”tírate siete veces al rió Jordán y tu lepra sanará” Acaso ¿Nuestros ríos no son mejores que debo arrojarme a ese río sucio?
Esta me recuerda también a algunas preguntas que hacen hoy nuestros “Naamán” de todos los días.
¿Si Dios es omnipresente porque debo asistir al templo?
¿No hay mejores iglesias, con más miembros, donde el coro es de centenares y la iglesia de miles?
¿Por qué en ese río?
¿Por qué asistir a esta iglesia con pobres?
¿Por qué sufro tanto calor aquí, cuando hay iglesias que tienen aire acondicionado?
¿Por qué Dios me trajo a este lugar?
Así como esta, muchas preguntas que existen y engrasan al número de los Naamán de este tiempo.
¿Y tu obediencia?
¿Cuando Dios ordena, espera el que estemos de acuerdo o quiere que obedezcamos? (v. 13-15)
¿Porque no entender que Dios no trabaja para el, sino que trabaja para nosotros, para nuestro bien, para nuestra bendición?
Debemos aprender a obedecer a Dios, el sabe el porque de las cosas que nos ocurren, si queremos estar en un lugar mejor, el es el que te removerá, y cuando lo haga te promocionara y serás bendecido y de bendición, de lo contrario fracasaras.
Las cosas por las que vives y las pruebas por las que atraviesas esta en las manos de Dios.
Recuerda, es mejor estar en la voluntad de Dios que fuera de ella.
No preguntes ¿Por qué?…pregunta… ¿Para que?
El Jordán era la sanidad de Naamán, pero el se lo estaba perdiendo por necio.
No fueron los clavos los que sostuvieron a Jesús en la cruz…fue su amor por nosotros.
Ptor OMAR OLIVA
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