jueves, 29 de marzo de 2007

SANIDAD INTERIOR



Jn. 11:38-44

Lázaro era amigo de Jesús, muere y Jesús llega cuatro días tarde. Encontró reproche por parte de sus hermanas Marta y Maria (Jn. 11:22).Jesús les dice a las hermanas de Lázaro que lo resucitaría (Jn. 11:23).Ellas no pueden creer eso y Jesús les declara que el puede hacerlo porque es el dueño de la vida (Jn. 11:25)
Ahora parado frente a la tumba que era en una cueva y cerrada con una roca por delante se predispone a resucitar a su gran amigo. Es aquí donde quiero que rescates tres enseñanzas muy importantes…

1) “QUITAD LA PIERDRA” (Jn. 11:38)

La “piedra” representa todos los obstáculos conscientes, que podemos ver, que impiden el milagro de Dios en nuestras vidas. Hay “piedras” de odio, rencor, envidia, pecados ocultos, estas son “piedras” en la vida que impiden que el milagro de Dios que estamos necesitando se realice muchas veces.
Note que Jesús no quito el la “piedra”, sino que ordeno quitarla. No es deber de Dios hacerlo, es nuestro deber para que la gloria de Dios se manifieste.
Hay también “piedras” de incredulidad (Jn. 11:39). Marta no creía y Jesús tubo que decirle que “si crees veras la gloria de Dios.” (Jn. 11:40)


2) “LAZARO, VEN FUERA!!!”

El hombre hace lo posible y Dios se encarga de lo imposible. Ahora era el momento y el tiempo de Dios y actuó como tal.
Hay cosas que solo Dios puede hacerlas, entonces dejemos que las haga, démosle el lugar, salgamos de adelante.
La muerte no pudo con el poder de Dios. Eso nos enseña a no dar nunca nada por perdido, el todo lo puede, aun el tiene solución después de la misma muerte.


3) “DESATADLO Y DEJADLO IR” (Jn 11:44)


Luego de resucitarlo, Lázaro estaba atado de manos y de pies y un sudario cubría su cabeza que no le dejaba ver.
No es solo la salvación, se necesita “SANIDAD INTERIOR” para sanar las heridas que nos causo tanto tiempo de vivir bajo el dominio de Satanás y en el pecado.
Las manos atadas y los pies atados representa el no poder caminar ni moverse con libertad y el sudario cubriendo su cabeza representa la ceguera, ignorancia espiritual.
Aquí podemos notar que no fue Jesús quien lo desato, ni Lázaro se desato a si mismo porque tampoco podía, sino que ordeno que le desatasen. Esa es la tarea de los pastores y lideres, realizando “SANIDAD INTERIOR” a las almas que se convierten del reino de las tinieblas a la luz admirable. Cuando le desataron, allí no solo resucito sino que fue libre de las ataduras de la muerte.

Ptor OMAR OLIVA

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