domingo, 18 de febrero de 2007

NO QUIERO SER UN MENDIGO




NO QUIERO SER UN MENDIGO

Lc. 16:19-31 (leer la historia)

Lo que me sorprende de esta historia, entre muchas cosas, es que el rico no tiene nombre y el mendigo si.
Eso quiere decir que para Dios sus hijos son importantes. Cabe preguntarnos… ¿Somos todos hijos de Dios? La respuesta es no. Somos todas creaciones de Dios pero no hijos de Dios. Hijos de Dios son aquellos que le recibieron y creen es su nombre. (Jn. 1:12)
Ahora es una interpelación errónea pensar que Lázaro era hijo de Dios y fue al descanso eterno por ser mendigo, y el rico al tormento por ser rico. Eso es erróneo. La Biblia no quiere de ninguna manera enseñarnos eso.

No necesariamente para ser mendigo hay que mendigar dinero. Hay personas que viven la vida como mendigos, mendigando paz, amor, comprensión, tranquilidad, etc. Esos también son mendigos.

Las características de ellos son las siguientes:

1) Como Lázaro, siempre tiene la mano extendida. Siempre están a la espera de que alguien les ayude. No saben generar sus cosas, abrirse paso en la vida. Son aquellos creyentes de tantos años que van de iglesia e iglesia buscando y mendigando una solución a su problema. Las limosnas no lo sacaban de la pobreza a los mendigos, solo los engañaba, en realidad por más que le dabas limosnas, seguían siendo mendigos igual.
2) Como Lázaro tienen heridas, llagas abiertas, y esas llagas atraen a los perros, a los lobos rapaces. Personas que se aprovechan de tus heridas. No le muestres tus heridas a cualquiera. No muestres tu corazón a cualquiera. No todos son buenos. No des testimonio de tus heridas, da testimonio de tus cicatrices. Jesús no le enseño sus heridas a Tomas, le enseño sus cicatrices, eso quiere decir que enseñando tus cicatrices de algo que te haya pasado y hayas salido en victoria con heridas sanadas, podrás dar testimonio verdadero y decir…Cristo me curo las heridas, ya no soy mendigo de este dolor.
3) Como Lázaro, no tienen acceso a nada. La Biblia dice que el estaba a la puerta. Los mendigos nunca están en el lugar correcto. Veamos algunos de ellos:
Bartimeo esta junto al camino, no en el camino (Mr. 10:46).El ciego de nacimiento también (Jn. 9). Lázaro estaba echado a la puerta (Lc 16:9), y el paralítico de (Hch. 3:2) que estaba también a la puerta. Todos con las mismas características, en la puerta, cerquita de todo, pero lejos a la vez. Están en la puerta de la sanidad, pero no son sanos. Están en la puerta de la bendición, pero no son bendecidos, están en la puerta de la prosperidad, pero no son prósperos. No tienen acceso al padre.

Es tiempo de pararse, hay una bendición que tiene tu nombre y apellido. Asume tu lugar, corta ahora con el espíritu de mendigo. Quitate ese manto. Esa es la buena noticia para los pobres y mendigos, que dejen de serlo. Si cambias tu cabeza, cambiara tu vida y tu billetera. Hoy es tiempo de renunciar y ser…LIBRES!!!


Ptor OMAR OLIVA

No hay comentarios: