viernes, 12 de enero de 2007

CADA UNO SE FUE A SU CASA


CADA UNO SE FUE A SU CASAJn. 7:53 / 8:1La fiesta de los tabernáculos era una fiesta que se le llamaba “la fiesta de la siega”. Se realizaba a los 15 días del séptimo mes y se realizaba por siete días.Ahora cuando la fiesta termino, “cada uno se fue a su casa.”La fiesta había terminado. Todas las multitudes regresaban contentas de haber agradado a Dios, volvían a sus hogares, a sus costumbres, a sus vidas.Pero Jesús …”fue al monte de los Olivos”Que gran diferencia, para la multitud terminaba la fiesta, pero para Jesús continuaba.Este es un claro ejemplo de que necesitamos a Dios siempre.Muchos, se gozan, reciben bendiciones en el culto, reciben palabra, milagros, revelación, pero cuando el culto termina regresan a sus hogares, costumbres, vidas, etc. y hasta el próximo domingo no hay mas contacto ni mas recuerdo de la fiesta que paso. Pero Jesús continuaba con su comunión con el Padre, enseñándonos que cada uno debemos tener nuestro “Monte de los Olivos” personal.Necesitamos siempre a Dios para no perder bendiciones como el hermano del hijo prodigo (Lc. 15:25-32), para tener siempre el aviso de Dios de todas las cosas que nos vallan a ocurrir (Gn. 18:16-21) y para no equivocarnos (Josué 9:14).Que no se corte tu comunión con Dios, todos los días debe ser una experiencia personal.


Ptor OMAR OLIVA

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