miércoles, 24 de enero de 2007



EL PODER DE LA MENTE

“Determinaras asimismo una cosa, y te sera firme, Y sobre tus caminos resplandecerá luz.” (Job. 22:28)

Creo personalmente que las batallas mas importantes se pierden en la mente. De allí nacen los grandes fracasos y las grandes victorias.
Cuando tú simplemente caminas, es la mente la que determina el equilibrio, la sincronización de tus pasos y la medida exacta de cada uno de ellos. Pero lo mas sorprendente es que con la mente podemos razonar, entender, crear, y hacer la diferencia entre los demás habitantes de toda la tierra.
Cuando la Biblia dice “corazón”, no se refiere al órgano que tenemos en el pecho. En muchas congregaciones he preguntado donde tienen su corazón y me han señalado el pecho, sin embargo en la Biblia , el corazón es la mente, de donde proceden los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. (Mt. 15:19)
Por eso Pablo nos amonesta a que no podemos servir a Dios con una vieja mente y nos dice en su carta a los Efesios… “renovaos en el espíritu de vuestra mente” (Ef. 4:23), es decir, que cambiemos nuestra manera de pensar y nos vistamos de nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad (Ef. 4:24)

Para el crecimiento de cualquiera en la vida uno debe contar con la actitud adecuada. Si el líder y piensa que no va a crecer, eso es lo que experimentará, si se conforma con algo pequeño, eso es lo que obtendrá, si no entiende la visión que Dios le ha dado, será difícil que la pueda implementar, si creen que los hombres que están a su alrededor no se comprometen, ellos no lo harán. Pero, si cree que puede tener una vida o un ministerio de gran impacto y contar con el mejor equipo posible, eso es lo que con el tiempo vendrá.

El líder debe tener una actitud de fe, porque el crecimiento ministerial comienza dentro de nosotros. Cuando la persona lo cree y vence obstáculos como los “temores”y las “imposibilidades” proponiendo en su corazón conquistar, seguramente lo hará.

El triunfo se logra primero internamente, en consecuencia, el resultado será una realidad. Cuando usted tiene la capacidad de creer, el milagro sucede.

Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. (Mr. 9:23)


Ptor. OMAR OLIVA

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