martes, 23 de enero de 2007




EL VIENTO EXTRAÑO

Mr. 4:35-41

Jesús les dijo a sus discípulos…”paseemos al otro lado” y “despidiendo a la multitud”.Eso es el conceptualmente el evangelio, pasar al otro lado, es decir, veníamos por una senda, por un camino y el haber conocido a Dios nos pone en otro camino, con otros ideales, con otros conceptos de vida. Nos despedimos de nuestro sistema viejo de vida, de nuestra multitud y pasamos a tener amistades que nos edifican, que nos inspiran que alimentan nuestra fe. Descubrimos el verdadero significado de la vida y de la palabra amistad. Toda nuestra vida cambia.
Vemos aquí que en el medio del mar, se levanta una tempestad. Es de notar que no era una tormenta cualquiera, era una tormenta destinada a matar a Jesús y sus discípulos en medio del mar. No es casualidad que se desatara antes de la liberación del gadareno y después de una gran enseñanza en cuanto al reino de Dios. Siempre que vengas de una bendición muy grande o estés por empezar algo que cambiara la historia de cosas, se levantara esta tormenta. Era una tempestad extraña. Hay tempestades en la vida que nos son comunes como todas, pero hay algunas que se planean y se levantan en el mismo infierno con el fin de matarte en el camino, a fin de que no llegues a destino, como esta, Hay problemas y problemas, y debes tener discernimiento para darte cuenta de ello. Una tormenta termino con los diez hijos de Job (Job 1:18-19).
El detalle que tenemos que tener en cuenta en este pasaje es que…”La tormenta tenia oídos.”(v. 39), porque Jesús la reprende. No era un viento natural que estaba cumpliendo con su función natural, porque de lo contrario Jesús no le hubiese reprendido, era una tormenta acecina, para terminar con la vida de Jesús y sus discípulos en alta mar.
Pero también el comportamiento de Jesús es sorprendente, el estaba durmiendo en medio de la tormenta que le quería matar (v. 38). Eso habla de tranquilidad, paz, seguridad. El confiaba en su papá, sabia que aunque dormía, su papá le cuidaba. Que hermoso es sabes que donde quiera que vallamos y pasemos por lo que pasemos, siempre Dios no estará cuidando. El sabia que no moriría cuando el diablo quisiera, sino cuando Dios quisiera.
Cuando lo despiertan, el les dice…”¿No tenéis fe?”.Lo que les estaba diciendo era…”Amigos esta es una tormenta que se vence con fe, no preocupándose.”
Para terminar, el secreto es que Jesús no descansaba sobre el cabezal del barco, sino que el descansaba sobre la fe en su padre que nunca lo dejaría.

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. (Sal. 34:7)


Ptor OMAR OLIVA

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